Martín Chambi (1891) en Coaza, provincia de Carabaya, registró durante media centuria la arquitectura peruana, su sociedad plurivalente, los paisajes andinos y la majestuosa ciudadela inca de Machu Picchu. Su pericia técnica aparejada a un profundo sentido estético le llevaron a crear algunas de las imágenes más importantes de la fotografía latinoamericana del siglo XX.
“Físicamente, un ejemplar autóctono, menudo, de pómulos salientes, de mentón vigoroso, de cabellos abundantes y lacios. Espiritualmente, un hombre culto de temperamento artístico, sencillo y cordial, con la sencillez de las magnas piedras incaicas y la cordialidad de los soleados campos andinos.”[1] Así describía José Uriel García al fotógrafo peruano Martín Chambi.
Durante dos años recolectó pacientemente pepitas de oro que se depositaban debido a las lluvias en la boca de la mina y cuando tuvo un frasco lleno le pidió a su padre que le permitiera aprender fotografía; el oro serviría para pagar sus gastos como aprendiz
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