lunes, 6 de enero de 2014

Lecciones de vida

Esta noche se ha acercado a mí un tema muy intenso sobre la esperanza y el lado bueno de las cosas.
Personas que lo han tenido todo, y de pronto lo perdieron, han sabido enseñarnos con su ejemplo el poder de la mente y cómo construimos la realidad con nuestro pensamiento.

Es dificil saber ver el lado bueno de una crisis cuando hay niños que sólo comen una vez al día, cuando vemos familias a las que les han retirado su casa o cuando perdemos a alguien, pero todo eso nos lleva quizá a una mayor humanización.

Me ha parecido interesante sacar estos dos personajes que han aparecido en la conversación que mantuvimos esta noche, dos personas que a pesar de estar en lo más alto debido a un accidente han compartido su testimonio y han sabido darle una vuelta a esas circunstancias, haciendo de ellas un elemento positivo en sus vidas.



 Stephen King y christopher Reeve.
Un accidente; sillas de ruedas, inmovilización, pero una cabeza intacta. Esperanza y Optimismo.

Christopher Reeve conocido por su interpretación de "Superman" deseó no seguir viviendo tras un accidente ecuestre en 1995, el cual cambió su vida.
Reeve escribe que en uno de los momentos de desesperación su esposa le salvó al decirle que apoyaría cualquier decisión que tomara, porque era su vida, y que estaría siempre a su lado y añadió: «Sigues siendo tú y te quiero».

A causa de la lesión medular, Reeve perdió toda movilidad corporal, aunque su cerebro no resultó afectado. Tres años después consiguió aumentar el ángulo de giro de su cabeza a 70º. 
A pesar de esta gran catástrofe, me parece un caso admirable de superación ya que siempre mantuvo la esperanza y el valor para seguir hacia delante.
Reeve seguía teniendo movilidad en sus sueños, sin aparecer en silla de ruedas.
 Increible el poder de la mente humana...



Otro caso ejemplar, Stephen King.


Mientras caminaba cerca de su casa, el conductor de una camioneta le atropelló dejándole cuatro costillas y la cadera fracturadas y la columna quebrada en ocho partes quedándose en una silla de ruedas.

Esto no impidió su constante trabajo y ganas de superación que hoy le mantienen en una de las personas más sorprendentes de nuestra era.
Sus novelas, artículos... siguen en constante movimiento..






"El 24 de julio, cinco semanas después de que Bryan Smith me atropellara, empecé a escribir de nuevo. No podía doblar la rodilla derecha. Mi cadera rota hacía que fuera una tortura estar sentado media hora seguida. ¿Cómo iba a escribir si lo más importante en mi vida era cuánto faltaba para la próxima inyección? Pero sentía que era la única salida. Ya había pasado por momentos difíciles antes y la escritura me había ayudado a superarlos. Había una voz en mi cabeza que no se cansaba de repetir: “Ahora es el momento”. Era posible desoír la voz, pero muy difícil dejar de creer en ella.
Al final, fue Tabby quien zanjó la cuestión, como ha hecho en todos los momentos importantes. Antes, era ella la que me decía que tenía que parar un poco, no trabajar tanto, pero también la que sabía que a veces escribir era lo único que me hacía salir adelante. Porque a veces escribir es un acto de fe, es escupir en el ojo de la desesperación. Escribir no es la vida, pero a veces puede ser una manera de volver a ella. Cuando le dije que lo mejor sería volver a escribir, esperaba un sermón. Pero lo único que me preguntó fue dónde quería que pusiera las cosas. Yo no tenía lamenor idea. Esa tarde, mi mujer me llevó a través de la cocina hasta mi nuevo estudio. Ahí estaban la laptop, la impresora, la lámpara, el manuscrito (con mis anotaciones prolijamente apiladas encima), varios lápices, unos libros de referencia y una foto de mi hijo menor. Me dio un beso en la sien, acomodó la silla de ruedas y me dejó solo para que averiguara si todavía tenía algo que decir...




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