domingo, 1 de junio de 2014

Delicias en el vagon



Espera

Pesos en la espalda

                                                              Espera


Por fin se abren las puertas del tren;
Mi mirada cansada, ajetreada encuentra satisfecha un aliento al ver un asiento vacío, por fin un sitio donde dejar tanta carga;
Una música se reproduce a mi izquierda, es un chico con un móvil pero no es una música molesta, es un dulce sonido; son violines, y su presencia me incita la mayor tranquilidad y levedad del día.
Nos miramos por el reflejo del cristal. El desliza su mirada hacia las palabras que sujetan mis manos. Yo observo unos delicados y largos dedos, de quizá un músico.


La música se acerca entre su presencia y la mía, la situa más cerca.



¿Qué música será?, le inicio la conversación?, sólo me queda una parada y todo habrá terminado...
El silencio y el sonido es demasiado bello como para entorpecerlo con ruidosas palabras, con vanos aciertos...

Levanto mi cuerpo.
Nos miramos.

Su mirada es igual de pura y delicada como acertaba la melodía. Unos rizos alocados hablan de su carácter.


Bella presencia erra por el vagón...








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